¿Qué sabemos del Efluvio?
Actualizado: 12 nov 2021

Cuando hablamos de efluvio nos referimos a una caída de pelo mayor a la habitual (normalmente perdemos 100 a 150 pelos cada día), que provoca una pérdida de la densidad capilar.
Es uno de los motivos principales por los que una mujer acude a la consulta capilar.
Existe de varios tipos; pero los más importantes son:
1. Efluvio anágeno agudo: es desencadenado por un daño folicular lo suficientemente intenso para provocar una supresión brusca de su actividad.
Ejemplos de situaciones que provocan este daño son la quimioterapia, la radioterapia y algunos tóxicos.

La persona afectada generalmente se quejará de una caída masiva de su pelo desde unos días después de estar expuesta al desencadenante.
En general se revierte a los 3 o 4 meses del cese del daño que lo desencadenó.
2. Efluvio telógeno agudo: es desencadenado por un daño folicular que no suprime bruscamente su actividad, pero es suficiente para llevarlo a una fase de reposo (telogen). Ejemplos de situaciones que provocan este daño son las dietas extremas, infecciones que provocan fiebres elevadas, alteraciones tiroideas y el uso de ciertos fármacos.

La persona afectada se quejará de una caída progresiva de su pelo desde unos 3 a 4 meses después de estar expuesto al desencadenante. Es reversible tras su cese.
3. Efluvio telógeno crónico: Se trata de una entidad muy frecuente y la vez muy heterogénea. Se caracteriza por un efluvio de todo el cuero cabelludo que dura más de 6 meses. Afecta principalmente a mujeres adultas.

Para su tratamiento es fundamental identificar y corregir el desencadenante:
- Retirar el fármaco responsable.
- Tratar el déficit de hierro o proteínas.
- Corregir las alteraciones tiroideas, hepáticas, renales, neoplásicas o nutricionales concomitantes.
- Tratar la infección (en caso de procesos febriles).
En algunos casos puede ser recomendable el uso de plasma rico en plaquetas y el minoxidil.